En los últimos años, el marketing digital ha cambiado considerablemente la forma de trabajar de las empresas y ha afectado, sobre todo, sus estrategias de marketing. Nuevos conceptos como el ROI, los KPI, el CTR, el SEM y el uso de las mismas redes sociales a nivel empresarial han sido aspectos que las empresas han tenido que aceptar e implementar a toda velocidad por miedo a quedarse atrás, muchas veces sin saber muy bien qué significaban. Renovarse o morir, pero... siempre con el conocimiento de saber de qué se habla.

Uno de estos conceptos a los que nos referimos es el SEO, unas siglas que están últimamente en boca de todos aquellos que tienen una página web en la red. Se dice que este es uno de los parámetros más importantes para que te encuentren en Google. Pero, ¿qué significa exactamente este término y para qué sirve?

El SEO es una carretera convencional y el SEM, una autopista de pago. Ambas llevan al mismo sitio, la única diferencia es el tiempo. 

@c_isabelromero

Estas siglas se forman a partir de las palabras Search Engine Optimization; es decir, la posición que tiene el sitio web en los resultados de búsqueda orgánicos -los que no son pagados. Cuando buscamos en Google, los resultados están ordenados en función de la relevancia y la autoridad que tienen, siempre en función de las palabras clave que se hayan aplicado.

En los últimos años ha habido muchas estrategias y creencias sobre la mejor manera de hacer un buen SEO, algunas más acertadas que otras. El famoso Black Hat SEO, aquel que usa estrategias como llenar el fondo de las páginas con palabras clave, o bien poner enlaces de la URL del sitio web en otras páginas a modo de spam. Sin embargo, estas prácticas son arriesgadas, ya que Google combate estos modos poco ortodoxos con actualizaciones del algoritmo, como Panda o Penguin.

Así pues, algunas de las prácticas básicas para tener un buen posicionamiento web en Google son las siguientes:

• Hacer una campaña de linkbuilding: tener enlaces a otros sitios web que apunten directamente a la propia web.
• Escribir contenido original y de calidad: el algoritmo de Google penaliza gravemente las páginas que detecta que tienen un contenido similar a otros.
• Tener en cuenta las palabras clave a la hora de escribir: el hecho de que unos determinados términos aparezcann en el sitio web (sin ser excesivos) beneficia la relevancia que Google le da a la página.
• Tener un sitio web en formato responsivo: desde hace unos meses, Google penaliza las páginas que no se adaptan a todo tipo de dispositivos y pantallas.
• Rellenar los títulos y metadescripcions a la hora de hacer artículos: ayudará a posicionar el artículo en Google con las palabras clave que se hayan elegido.

Estos son algunos de los puntos básicos a la hora de tener en cuenta por lo que se refiere al posicionamiento orgánico en Google. Igualmente, cada plataforma que disponga de un buscador tiene sus propias reglas y consideraciones a la hora de posicionar el contenido, por lo que el SEO en YouTube, AppleStore o en LinkedIn no se regirá por los mismos criterios. Y si lo que se quiere es tener aún más incidencia, nuestra recomendación es plantearse también una estrategia de SEM. Este tipo de publicidad pagada consiste en posicionar el contenido en los primeros puestos de la búsqueda, pagando una cantidad determinada de dinero por cada palabra clave que se quiere posicionar en el buscador en cuestión: la parte positiva es que de esta manera el contenido queda, incluso, por delante de las búsquedas orgánicas.

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